Leccion 3. El enemigo que debes enfrentar



Descargar En Powerpoint®

Versículos para memorizar: 1 corintios 10:12-14

¿Qué tal, hermano/a? En medio de las circunstancias que te rodean. ¿Has vivido como autentico cristiano? Recuerda que para esto vive Cristo en ti. El desea transformar tu carácter y tu conducta en la semejanza del carácter y de la conducta de él. Y lo hará en la medida en que tú se lo permitas.
Si diariamente renuncia a toda confianza en ti mismo para depende únicamente del Señor, y si te abstienes de tomar decisiones independientes para aceptar y obedecer la voluntad de él, entonces la gloriosa vida de Cristo se manifestara en ti. Esto es lo que aprendimos en nuestro estudio de gálatas 2:20. ¿Te recuerdas?
Es posible, no obstante, que se te haya dificultado poner en práctica lo que aprendiste. La razón es que tienes un enemigo que te quiere estorbar. Este enemigo es el diablo. Su propósito es hacerte pecar, y su arma es la tentación. Pero Dios está contigo, y es su palabrea te muestra la manera de vencer. De estas cosas estudiaremos este día.
En 1 Pedro 5:8 leeremos estas palabras: “sed sobrios y velad; porque nuestro adversario el diablo como león rugiente anda buscando a quien devorar.” El diablo está enojado/a contigo porque te ha perdido. Antes de tu conversión a Cristo, como dice segunda de Timoteo 2:26, el diablo te tenia cautivo en sus lazos y hacías su voluntad. Pero ya no es así. Según colosenses 1:13 Dios te ha librado de la potestad de las tinieblas y te ha trasladado al reino de su amado hijo. En otras palabras, tú has cambiando de ciudadanía. Antes pertenecía al reino de las tinieblas, y el diablo ejercía autoridad sobre ti. Pero ahora eres ciudadano del reino de Cristo, y el diablo ya no tiene ni un derecho en tu vida. Por esto está enojado contigo.
Pero el diablo está enojado también por el hecho de que Dios ahora quiere usarte como testigo de su poder libertador. Si diariamente permites que Cristo viva su vida en ti (como estudiamos la vez pasada), entonces vas a ser un instrumento efectivo en la manos de Dios para que otras personas más se salven.
Para evitar que tal cosa suceda, el diablo ataca. Su propósito es hacerte pecar. Él sabe que cualquier pecado rompe tu íntima comunión con Dios (Isaías 59:2; salmos 66:19). Sabe también que cuando te apartas del Señor, no puedes llevar frutos para él, como enseña Juan 15:5. Entonces, para debilitar tu testimonio cristiano, el diablo procura hacerte pecar. El arma que emplea para ello es la tentación.
Ahora bien. Respecto a esta arma del diablo hay 3 cosas alentadoras que decir. En primer lugar, no es pecado ser tentado. Como enseña Hebreos 4:15, el mismo Señor Jesús “fue tentado en todo según en nuestra semejanza, pero SIN PECADO”. El pecado no consiste en ser tentado, sino en caer en la tentación.
En segundo lugar, Dios puede tornar la tentación del diablo en un medio de bendición. Santiago 1:12 dice: “Bienaventurado en varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida…” Esto quiere decir que cuando la tentación es vencida, el creyente victorioso queda fortalecido para luchar mejor contra tentaciones futuras.
La tercera cosa alentadora es que Dios ofrece ayudarte a vencer. Su oferta está en 1 Corintios 10:12-14. Ten bondad de aprender de memoria este pasaje. Dice: “Así el que piense estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios que no os dejara ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. Por tanto, amados míos, huid de la idolatría.”
En este importante pasaje los versículos 12 y 14 son mandamientos, y el versículo 13 contiene promesas. Las promesas están encerradas entre los 2 mandamientos. Esto indica que están estrechamente relacionados entre sí. Dios cumplirá fielmente las 2 promesas cuando tú seas igualmente fiel en obedecer los 2 mandamientos.
El primer mandamiento es que no confíes para nada en ti mismo. “El que piensa estar firme, mire que no caiga.” Recuerda el caso de Pedro. Confiadamente le dijo a su maestro: “Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré;… Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré” (Mateo 26:33,35). Y todos sabemos el triste resultado.
Por tanto, lo primero que tienes que hacer para vencer la tentación es desconfiar de ti mismo para depender totalmente del Señor.
El segundo mandamiento es: “Huid de la idolatría”. Un ídolo no es solamente alguna imagen o figura. Cualquier cosa que te aparte de una lealtad suprema a Dios es un ídolo para ti. Así es que cuando sabes que alguna cosa te provoca la tentación de pecar, debes huir de esa cosa.
Muy bien. Si has obedecido estos 2 mandatos entonces puedes confiar plenamente en que Dios te cumplirá sus 2 promesas. En primer lugar, pronto pondrá freno a tu enemigo. No permitirá que te ponga delante ninguna tentación que tú no puedas vencer. Y en segundo lugar, juntamente con la tentación permitida, te dará una salida para que no caigas en la trampa.
Tu victoria está en Cristo. Hebreos 2:18 dice: “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.” Así, pues, mientras más cerca vivas del Señor, más segura estarás.
En la próxima lección esperamos contestar una pregunta que tarde o temprano cada nuevo creyente tendrá que hacer.

Haz Click aquí para tu siguiente lección.