El Evangelismo y misiones

A las misiones cristianas... - Me lo planteé en su dia... y esto cobra mas fuerza Viendo que nuestros principios cristianos se tambalean, que ya no respetamos la vida en sus más precoces formas de huevos o cigotos (ay Jishush) Que la seguridad alimentaria no es más que un cuento chino (a lo Tino Casal) para hacer que el mercado interior funcione Y que por fín pude dar respuesta a una duda, que me reconcomía desde hace tiempo, gracias a unos papelotes que más bien deberían ser usados para sucio... YO DECIDO QUE ME VOY A LAS MISIONES A VER MUNDO Y A AYUDAR A LOS POBRES NEGRITOS ESTO YA ES INSOSTENIBLE... TENEMOS QUE HACER ALGO POR CAMBIAR EL PLANETA Y LAS RIQUEZAS ESPERO QUE NADIE ME MANDE A UN PSICÓLOGO DE LOS MODERNOS (que no modernas u.u) PARA HACERME CAMBIAR DE IDEA EN FIN.... esto es un sin dios ---- Lavado de cara a mi flog.... ---- Foto: tooodos los negritos, tieeenen un deseo, que es bailar la conga con mucho meneo.... A las misiones cristianas... - Fotolog

¿Por qué la obra de Dios se está llevando a cabo con tanta lentitud? Esto llama poderosamente la atención, ya que en la actualidad tenemos más cristianos, más iglesias, más dinero, más recursos técnicos, modernos medios de comunicación, mejor organización, buenos materiales, abundante programas, grandes concentraciones, y la obra del Señor avanza lentamente. ¿Por qué? Tenemos que admitir que la mayoría de las veces la obra de evangelización y misiones se está haciendo con la gente menos indicada. Se piensa que la responsabilidad de la obra de Dios descansa básicamente sobre los pastores, evangelistas y misioneros y no tanto de los creyentes. Lo cierto es que Dios está llamando a su pueblo para que lleve adelante la tarea de la Gran Comisión. Muchos creyentes e iglesias han aceptado la herejía de que el pastor tiene toda la responsabilidad de hacer la obra de evangelización. En la práctica, muchas iglesias y cristianos han llegado a aceptar el punto de vista católico que consiste en que nadie más puede hacer la obra de Dios que el clero.
Hay necesidad de volver a las enseñanzas del Nuevo Testamento: Ministrando por medio de los creyentes para alcanzar a la gente para Cristo. Dios llama a todos los creyentes para ser los mensajeros del evangelio. El apóstol Pedro nos dice que somos “…linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 P. 2:9). ¿A quienes llamó?  ¿A quienes se escribió esta epístola? ¿A los pastores? ¡No! Al pueblo de Dios. Entonces los creyentes, juntamente con los pastores, misioneros y evangelistas deben anunciar el mensaje de las Buenas Nuevas. Todos los cristianos deben comprender la naturaleza de este llamamiento y responder con sus vidas a esta invitación.
Evangelización y Misiones: ¿Qué es?
Tenemos la ineludible responsabilidad de establecer con claridad cuál es el mensaje y el propósito del evangelio de Jesucristo. Hay quienes emplean el término “evangelización”, en sentido demasiado vago para describir una tarea que no es necesariamente la evangelización bíblica.
Lo que no es- Evangelización no es una campaña de sanidad corpórea. La gente no se salva por curarse de sus dolencias físicas, sino porque sus pecados son perdonados (Lucas 10:20). Tampoco es la predicación de una ley moral. En el mundo hay hombres y mujeres moralmente intachables, sin vicios. Nicodemo fue uno de tantos: el joven rico fue otro; sin embargo, ellos eran pecadores perdidos.
Lo que sí es- Evangelización y misiones es, primordialmente, un llamado al arrepentimiento. Es revelar al hombre lo que el hombre es. Es poner de manifiesto las verdades de la salvación contenidas en la Biblia. Es recordar al pecador su responsabilidad en la crucifixión y cómo su pecado hirió al Hijo de Dios. (Isaías 53:5-6). Evangelización es ir en busca del perdido. Es predicar el nuevo nacimiento. Whitefield predicaba tan a menudo el texto: “Es necesario nacer de nuevo”, que los líderes de la iglesia le pidieron que lo cambiara. Su respuesta fue: “Lo haré cuando hayan nacido de nuevo”
Cada Creyente y el Mensaje Evangelístico
El evangelismo no es tarea exclusiva de los evangelistas y pastores; cada creyente, por solo el hecho de haber sido rescatado del pecado y del infierno, está en el deber de testificar y compartir su fe con el prójimo. En hechos 8:4 se nos dice que los creyentes “…iban por todas partes anunciando el evangelio”. Este ejemplo debe ser imitado por todos los cristianos. No es suficiente con un buen testimonio, es necesario hablar para tocar el corazón del perdido.
Cuando estudiamos el libro de los hechos, dos cosas de gran importancia se destacan en el.
Primero: los creyentes le dieron al mundo la historia de Jesucristo.
Segundo: los instrumentos de Dios para llevar a cabo su obra no fueron solamente los apóstoles, sino todos los cristianos en constante acción misionera. El ministerio de cada creyente está en el mundo. Por años hemos concentrado nuestros esfuerzos en demasiadas reuniones en el templo. La debilidad de muchas reuniones es que el mundo necesitado de la salvación de Dios no asiste a ellas. Esto quiere decir que si los incorversos han de escuchar el testimonio de Dios, necesariamente tiene que ser por medio de la obra de cada creyente donde vive o trabaja. Necesitamos “derrumbar” algunos grandes muros de nuestro templos para que el pueblo de Dios salgar a ejercer su influencia en todo el mundo (Mateo 13:33).
Alguien ha dicho que el que evangeliza o testifica de Cristo es como el mendigo que le dice a otro indigente donde encontrar pan. ¿Quién es el creyente, sino  un pobre mendigo que sació su alma hambrienta de Dios en el Pan de Vida? La Biblia dice que es deber y privilegio de todo creyente testificar de Cristo: “…y me seréis testigos…” (Hch. 1:18) nadie más puede hacerlo, pues solo el que ha experimentado el nuevo nacimiento puede hablar de él. “¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo?”  (Lc. 6:39). Sólo quien tiene una experiencia de conversión genuina está en capacidad de guiar a otros a Cristo.
La Iglesia Local y el Mensaje Evangelistico.
Nuestro énfasis aquí es que la iglesia no debe pasar por alto en mandato de evangelizar a nuestro mundo. La iglesia que no evangeliza o no es misionera, es engañosa y de poco valor a Dios. Peor aún, la iglesia que no emprende una acción evangelística y misionera, se vuelve infiel. Por lo tanto, esta obra debe ser la principal tarea de cada iglesia local. Bueno es recordar lo dicho por el Señor “…Como me envió el Padre, así también yo os envió” (Jn. 20:21).
El 11 de julio de 1987 nació el niño que completó la cifra de cinco mil millones de habitantes. Para el mundo este niño es noticia. Tendrá el honor de ser recordado, reconocido y galardonado por muchos pueblos y naciones. Pero, ¿Tendrá el privilegio de que alguien le testifique de Cristo? ¿o será acaso como tantos habitantes de la tierra que hoy en día no han escuchado el evangelio? A este niño, como a todos los seres humanos, Dios le ama de tal manera que dio a su hijo unigénito para que, si cree en él, no se pierda, mas tenga vida eterna. Pero. ¿Y cómo creerá si no ha oído?  ¿y cómo oirá si no se le predica?
La iglesia que no es misionera es una iglesia sin mensaje. ¿Qué puede ser mas placentero para una iglesia que hablar de Jesucristo a todo pueblo y nación? Hay que continuar llamando a las almas a lavar sus vidas en la Sangre del Cordero de Dios. Hay que seguir invitando al perdido a unirse por la fe y arrepentimiento a la congregación de los redimidos. Dios no ha puesto sobre la iglesia la tarea de modernizar a los pueblos, sino la obra de evangelizar a todo el mundo (Marcos 16:15).